Una encuesta revela los hábitos de lectura de hombres y mujeres

¿cómo influye nuestro sexo en cómo leemos y qué impacto ha tenido el confinamiento en el mercado editorial?

man and woman reading books

El confinamiento nos incita a leer más, pero los hombres tienden a abandonar los libros más rápidamente que las mujeres. Estos son dos de los hallazgos sobre los hábitos de lectura que los investigadores han descubierto, y resultan de enorme valor para el sector editorial.  

Empecemos por las diferencias entre los sexos. El centro de información británico Audience Agency (Agencia de la Audiencia), en un amplio trabajo de revisión de los datos disponibles, recoge un estudio de Jellybooks en el que se ha observado que, si bien hombres y mujeres presentan las mismas probabilidades de terminar un libro que hayan empezado, los hombres deciden si continuar o no durante las primeras 30-50 páginas, mientras que las mujeres tienden a perseverar durante 50-100 páginas.

Otro punto interesante sobre este aspecto que podemos encontrar en el informe de Audience Agency es que las mujeres tienen más probabilidades de ser grandes compradoras de narrativa (el 19 % de las de 55-84 años compran 16 libros o más al año). Y hace uso de las bibliotecas el 38 % de las mujeres, frente al 30 % de los hombres.

Por su parte, los audiolibros tienen una cuota de mercado mayor entre hombres jóvenes BAME (de color, asiáticos y minorías étnicas) con empleo a tiempo completo; si bien las mujeres también valoran este formato, ya que les permite hacer otras cosas mientras disfrutan del libro.

El efecto confinamiento

No obstante, en nuestros hábitos de lectura no solo influye el sexo, sino también el tiempo libre disponible.

"Así, no es de extrañar que una nueva encuesta de Nielsen Book revele que el 41 % de los adultos británicos esté leyendo más libros desde el principio del confinamiento; entre ellos, un tercio opta por libros impresos, un 18 % por libros electrónicos y un 9 % por audiolibros. El tiempo medio dedicado a la lectura casi se ha duplicado al tener que quedarse en casa, pasando de 3,5 horas por semana a seis."

Alrededor del 25 % de estos lectores han comprado más libros de lo habitual, mientras que el 18 % afirma que menos (seguramente han preferido despachar la pila de libros que muchos acumulamos en la mesa o en la mesilla de noche).

Sin embargo, no se dedican a leer sobre la pandemia: hay poco entusiasmo por los títulos relacionados con el COVID-19 o la narrativa distópica. De hecho, el 35 % dice que está leyendo más porque “los libros le proporcionan evasión frente a la crisis”, mientras que alrededor de la mitad de los encuestados menciona que tiene “más tiempo libre” y busca “estar entretenido”.

El formato del libro: ¿papel, pantalla o audio?

Encuestas como estas, son una herramienta esencial para las editoriales de medios impresos. Mientras que las digitales tienen copiosos datos con sólo unos clics, resulta mucho más difícil obtener conocimiento de quién está comprando y leyendo productos impresos.

El informe de Audience Agency contiene una serie de interesantes perlas para las editoriales de medios impresos. Las ventas de libros electrónicos alcanzaron su pico en 2014 y han bajado un poco, mientras que los audiolibros están en ascenso. Sin embargo, la poesía y la ficción literaria o clásica siguen leyéndose mayoritariamente en papel; el 60 % de la gente dice que prefiere este formato, frente al 20 % que se decanta por el libro electrónico.

Pero esto no quiere decir que sea una cuestión de papel frente a pantalla o audio. El informe recoge datos de Jellybooks que muestran que los espectadores de Netflix con alto consumo de programas de género tienen más probabilidades de terminar un libro de ese género que otros lectores.

Parece que, de hecho, puede haber una sinergia entre las distintas modalidades. El reto del mundo editorial es cómo fomentarla.  

Harry potter books

Magia multiformato

Un ejemplo es el proyecto Harry Potter at Home (Harry Potter en Casa), recientemente puesto en marcha. En él participa un elenco de famosos, como Daniel Radcliffe, Noma Dumezweni o David Beckham, que leen capítulos de esta popularísima saga, con vídeos disponibles en la propia web y en YouTube y podcasts en Spotify.

Este enfoque multimedia le aporta una dimensión contemporánea al libro impreso y ha sido todo un éxito durante el confinamiento, tanto entre niños como entre padres para los que la magia de unas inesperadas vacaciones escolares ya se había agotado.

¿Qué puede aprender el mundo de la edición de libros con estas encuestas e iniciativas? Que hay un mercado apasionado por sus productos, especialmente si puede adaptarse a estos tiempos de cambio.

La página impresa no debería verse como la alternativa anticuada al audio o al libro electrónico. De hecho, puede constituir el elemento central de un conjunto mágico que ofrezca el placer de la lectura a mujeres y hombres, niñas y niños, especialmente en estos extraordinarios momentos.

 

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